The Macallan y la revolución del single malt escocés

The Macallan y la revolución del single malt escocés

Por: Mildred Estrada 

Durante gran parte del siglo XX, en los valles de Escocia, el whisky escocés fue sinónimo de blends: mezclas industriales pensadas para volumen más que para profundidad. El whisky en realidad era un destilado tosco y funcional, que acompañaba los inviernos largos y la dureza del campo. Fue tras la manera en que The Macallan reescribió las reglas que ahora vemos esta bebida con un aspecto más serio.

El single malt —puro, complejo, elaborado en una sola destilería— era casi un secreto reservado para conocedores. Con el paso del tiempo, ese mismo espíritu fue refinándose —en alambique y en cultura— hasta convertirse en uno de los símbolos más elegantes de la tradición europea.

The Macallan y la evolución del whisky

El mundo comenzó a buscar trazabilidad, origen e identidad. Con ello, surgió una nueva apreciación: beber whisky no era solo consumir, era entender.
Desde 1824, esta casa ubicada en Speyside sostuvo la destilación en alambiques pequeños, un dominio artesanal del tiempo y una relación íntima con la madera. Obtienen barricas sazonadas con jerez, seleccionadas a mano. La marca apostó por algo contracultural en su momento: no usar colorantes y no mezclar destilerías.
La evolución del whisky escocés también exige un compromiso con el planeta. The Macallan lo asume desde la raíz: iniciativas de trazabilidad forestal, manejo ético de recursos y un enfoque que abraza la sostenibilidad como parte esencial de su legado.

The Macallan en México
Las colecciones contemporáneas de The Macallan —Double Cask, Sherry Oak, Rare Cask— son testimonio de una evolución que respeta sus raíces. En cada expresión, el pasado guía al futuro. Por ejemplo, en 2025 salió la reinterpretación visual diseñada por David Carson como parte de ese nuevo lenguaje más sensorial, arquitectónico y conectado con el arte. Esta colaboración con el diseñador gráfico trabajaron con papel, pintura y elementos de la naturaleza, creando cada pieza a mano.


“The Macallan no solo destila whisky. Destila tiempo, paisaje y legado. Cada edición cuenta una historia y cada historia es irrepetible”, comenta David Zambrano, Brand Ambassador de The Macallan en México. Esta es una historia de permanencia, reinvención y legado sensorial.

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