Pierre Mundo Imperial se reinventa con cada celebración

Pierre Mundo Imperial se reinventa con cada celebración

Este hotel ha evolucionado para mantenerse vigente y a la vanguardia del turismo de lujo

Por: Mildred Estrada 

Hay hoteles que no necesitan presentación, y el Pierre Mundo Imperial es uno de ellos. Con 68 años de historia, este ícono acapulqueño no solo sigue de pie, sino que cada año se reinventa con estilo, lujo y sabor.

Ubicado frente a la espectacular Playa Revolcadero, este hotel estilo hacienda rodeado de jardines tropicales ha sido el refugio de celebridades, viajeros internacionales y amantes del buen vivir desde 1956. 

Su vibra es relajada pero sofisticada, y combina perfectamente lo clásico con lo actual.

Para celebrar su aniversario, el hotel armó un fin de semana especial lleno de detalles y una cena inolvidable encabezada por una estrella de la cocina: la chef Lupita Vidal.

Lupita, originaria de Tabasco y reconocida como la Mejor Chef 2025, es toda una embajadora de la gastronomía del sureste mexicano. En el restaurante Tabachín, montó una experiencia culinaria que fue puro corazón: ingredientes autóctonos, técnicas ancestrales y ese twist moderno que la ha llevado a brillar a nivel internacional.

¿Un detalle que seguro te interesa? Su libro Agua y Humo está nominado a los Gourmand Cookbook Awards.

La cena fue mucho más que comida cumplidora. Fue un homenaje a la identidad costeña, a la hospitalidad de siempre del Pierre y al amor por una cocina que sabe contar historias. Y eso es lo que hace especial a este lugar: que mientras se adapta al presente con experiencias innovadoras, nunca olvida su esencia.

Y claro, todo esto sucede dentro de un escenario inmejorable. La arquitectura del Pierre Mundo Imperial es uno de sus mayores encantos: un diseño en inspiración de hacienda mexicana con techos de teja, arcos, corredores amplios y fuentes que contrastan con la vegetación tropical que lo rodea. Aquí todo fluye con un aire de elegancia atemporal, como si el tiempo se detuviera para disfrutar del mar, la brisa y una piña colada junto a la alberca. Es un hotel con alma, historia y mucho estilo, el tipo de lugar que te hace sentir en casa aunque estés un poco lejos.

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